domingo, 2 de junio de 2013

Las eróticas aventuras de Bjorn el Oso

Hoy voy a hablaros de un guerrero apuesto,
el mejor de entre los héroes y poetas:
Bjorn, consumado chupador de tetas
y bebedor siempre en el primer puesto.

Muchas de sus hazañas son contadas;
¡a sablazos derrotó a cien mil fieras
de firmes y redondeadas posaderas,
todas ellas en distintas posadas!

¿Y sabéis por qué su saga es famosa?
Lo diré con la certeza más seria:
¡confundió a su mujer con una osa!

Y así acaba, amigos, esta historia
de Bjorn y su existencia, lujuriosa
hasta donde recuerda mi memoria.

—¿Vanargand Lobogrís?

O bien tengo una admiradora que me tiene en muy alta estima (y que es muy diestra con la pluma, todo hay que decirlo), o bien compuse este soneto tras una noche de celebración particularmente borrosa que no sé si quiero que regrese a mi memoria.

Me inclino por esto último. «Las eróticas aventuras de Bjorn el Oso» son un diamante en bruto. Quizá escriba una segunda entrega si mi audiencia las aclama.

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